50 cuestiones
50 cuestiones
¿Por qué el? ¿Por qué ella?

Cuando vemos a dos personas que parecen amarse profundamente a menudo nos decimos que, después de todo, es normal porque se parecen o porque les gustan las mismas cosas o porque han estudiado juntos, etc. En otras palabras, parece que se pueda explicar el amor entre dos seres por este o aquel vínculo que les acerca o por una razón determinada (la quiero porque es bonita o lo que me gusta es su sentido del humor , o bien, tiene buen corazón, nos complementamos tan bien, etc.)

No obstante, esta aparente explicación no da respuestas a nada; hay muchas otras persona con buen corazón o buen humor o que son guapas ...

De hecho, el amor tiene una parte de misterio, un misterio que afortunadamente es imposible de explicar o de crear voluntariamente o de prever. La razón es que el amor tiene que ver con la parte más profunda de nuestra persona, con la más individual.

Un amor auténtico puede utilizar las cualidades del otro/a (su humor, su apariencia, las cualidades de su corazón... ) para que las dos personas crezcan y se acerquen pero también para asumir los defectos y limitaciones humanas. La capacidad del amor para ir más allá de la seducción es, por otra parte, un buena forma de probar la profundidad de la relación que, misteriosamente, depende de la propia persona.

Entonces: ¿Por qué él?, ¿por qué ella? La única explicación verdadera es responder como Montaigne cuando le preguntaron sobre su amistad con La Boétie: porque es él, porque soy yo.


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